En una gran síntesis, el Greyhound puede ser comparado con un coche muy potente, nacido para las carreras en el cual todo está en función de un rápido desplazamiento con el mínimo esfuerzo y la mínima resistencia. Las extremidades son finas pero robustas y potentes, la musculatura excepcionalmente desarrollada que se marca muy bien bajo una piel fina, tensa y bien adherida en todas las partes del cuerpo. LAS CARRERAS DE GALGOS. El origen de las carreras de Greyhound es relativamente más reciente. Nacieron en la época lsabelina (fines del siglo XVI comienzos del XVII) como respuesta a las discusiones sobre la velocidad de esta raza. Estas manifestaciones se difundieron rápidamente por toda Inglaterra hasta el punto que fue necesaria, a caballo entre el siglo XVIII y el XIX, una precisa reglamentación de las mismas. Simultáneamente, nacieron las primeras sociedades para las carreras de galgos, inicialmente en Inglaterra, Irlanda y Escocia y después fuera de las Islas Británicas, para la protección y el desarrollo del perro de carrera, para llevar y custodiar los libros de orígenes y realizar, en los canódromos, las gestiones necesarias. En la actualidad, estas competiciones están difundidas por todas partes pero sobre todo en Gran Bretaña, Irlanda y los Estados Unidos tienen gran relevancia tanto por el número de carreras que se disputan todos los años, como por el número de instalaciones, la participación del público y finalmente por la cuantía de los premios y el volumen de las apuestas que, en las reuniones más importantes, es casi equiparable a las grandes clásicas de la hípica. Las instalaciones para las carreras de perros han mejorado mucho en los últimos tiempos disponiendo la mayoría de los canódromos de un equipo muy sofisticado (liebre mecánica, totalizadores electrónicos, televisión en circuito cerrado) como sucede en muchos de los españoles. Es mucho el público que asiste a ellos en cada reunión ya que el número de aficionados es muy elevado notándose un interés creciente por este tipo de manifestaciones. Las carreras se disputan sobre diversas distancias, según la forma y el desarrollo canódromo donde se llevan a cabo. Varían desde un mínimo de 270 metros -reservadas para velocistas puros- hasta un máximo de 850: sobre esta distancia se adiestran aquellos perros que podríamos definir como "fondistas". La medida clásica para las grandes competiciones -como por ejemplo el Derby inglés o irlandés- es de 500 metros, ocasión en la que el vencedor recibe un premio de aproximadamente 20.000 libras esterlinas. También se disputan carreras de obstáculos durante las cuales los perros deben saltar cuatro vallas en cada vuelta de pista. Sin embargo, estas carreras se están haciendo cada vez más raras sobre todo por el alto porcentaje de accidentes que producen ya que durante ellas los perros están sometidos a esfuerzos y fatigas mucho mayores que los que deben realizar en las carreras en llano.